La crisis financiera explicada de manera sencilla
Heidi es la propietaria de un bar en Berlín, que ha comprado con un
préstamo bancario. Como es natural, quiere aumentar las ventas, y decide
permitir que sus clientes, la mayoría de los cuales son alcohólicos en
paro, beban hoy y paguen otro día. Va anotando en un cuaderno todo lo
que consumen cada uno de sus clientes. Esta es una manera como otra
cualquiera de concederles préstamos.
Nota: Pero en realidad, no le entra en caja ningún dinero físico.
Muy pronto, gracias al boca a boca, el bar de Heidi se empieza a llenar
de más clientes.
Como sus clientes no tienen que pagar al instante, Heidi decide aumentar
los beneficios subiendo el precio de la cerveza y del vino, que son las
bebidas que sus clientes consumen en mayor cantidad. El margen de
beneficios aumenta vertiginosamente.
Nota: Pero en realidad, es un margen de beneficios virtual, ficticio; la
caja sigue estando vacía de ingresos contantes.
Un empleado del banco más cercano, muy emprendedor, y que trabaja de
director en la sección de servicio al cliente, se da cuenta de que las
deudas de los clientes del bar son activos de alto valor, y decide
aumentar la cantidad del préstamo a Heidi. El empleado del banco no ve
ninguna razón para preocuparse, ya que el préstamo bancario tiene como
base para su devolución las deudas de los clientes del bar.
Nota: ¿Vais pillando la dimensión del castillo de naipes?
En las oficinas del banco los directivos convierten estos activos
bancarios en "bebida-bonos", "alco-bonos" y "vomita-bonos"
bancarios. Estos bonos pasan a comercializarse y a cambiar de manos en
el mercado financiero internacional. Nadie comprende en realidad qué
significan los nombres tan raros de esos bonos; tampoco entienden qué
garantía tienen estos bonos, ni siquiera si tienen alguna garantía o no.
Pero como los precios siguen subiendo constantemente, el valor de los
bonos sube también constantemente.
Nota: El castillo de naipes crece y crece y no para de crecer, pero todo
es camelancia; no hay detrás solidez monetaria que lo sustente. Todo son
"bonos", es decir, papelitos que "representan" tener valor siempre y
cuando el castillo de naipes se sostenga.
Sin embargo, aunque los precios siguen subiendo, un día un asesor de
riesgos financieros que trabaja en el mismo banco (asesor al que, por
cierto, despiden pronto a causa de su pesimismo) decide que ha llegado
el momento de demandar a Heidi el pago de su préstamo bancario; y Heidi,
a su vez, exige a sus clientes el pago de las deudas contraídas con el
bar.
Pero, claro está, los clientes no pueden pagar las deudas.
Nota: ¡¡¡Porque siguen sin tener ni un céntimo!!! Han podido beber cada
día en el bar porque "se comprometían" a pagar sus deudas, pero el
dinero físico no existe.
Heidi no puede devolver sus préstamos bancarios y entra en bancarrota.
Nota: Y Heidi pierde el bar.
Los "bebida-bonos" y los "alco-bonos" sufren una caída de un 95% de
su valor. Los "vomito-bonos" van ligeramente mejor, ya que sólo caen
un 80%.
Las compañías que proveen al bar de Heidi, que le dieron largos plazos
para los pagos y que también adquirieron bonos cuando su precio empezó a
subir, se encuentran en una situación inédita. El proveedor de vinos
entra en bancarrota, y el proveedor de cerveza tiene que vender el
negocio a otra compañía de la competencia.
Nota: Porque los proveedores de vinos y cervezas también le fiaban a
Heidi, creyendo que estaban seguros de que cobrarían con creces al cabo
del tiempo. Como no han podido cobrar dado que el dinero no existe, la
deuda de Heidi se los ha comido a ellos.
El gobierno interviene para salvar al banco, tras conversaciones entre el
presidente del gobierno y los líderes de los otros partidos políticos.
Para poder financiar el rescate del banco, el gobierno introduce un nuevo
impuesto muy elevado que pagarán los abstemios.
Nota: Que es lo que de verdad ha pasado. Con los impuestos de los
ciudadanos inocentes, los gobiernos han tapado el agujero financiero
creado por la estupidez de los bancos.
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